Todos los días me arreglo para ti.
Me pongo mi mejor ropa, si puede ser nueva mejor (me la compro solo para que tú la veas), mi mejor peinado, mi perfume más caro, que en menos de 2 semanas se ha gastado por echarme una cantidad indecente cada día para que puedas olerme a kilómetros y, al menos, sepas que existo.
Pero nada es suficiente para ti.
Por mucho que haga siempre sentiré que no soy ni la mitad del botón de aquel pantalón vaquero, sí, ese mismo, el que tanto me gustaba y que aún me sigue gustando aunque no lo sepas.
Que por saber, no sabes ni mi nombre.
Y es que espero y siento, que llegué algún momento de mi vida en que deje de enamorarme del guapo que tiene poco cerebro y pase a buscar algo más a mi altura.
No sé si es una altura más alta o más baja pero a mi altura.
Hubieron otros amores antes que tú, y el no verlos me hizo olvidarlos, ojala te fueses mañana mismo, y aunque me doliese, sabría que ya no estás aquí para atormentarme y así poder, de una vez, olvidarte.